Recopilatorios Dance y videojuegos

Los años 90 nos dejaron un ponzoñoso legado cultural de inconmensurable magnitud. En el ámbito musical, el Dance lo petaba entre pre-adolescentes del mismo modo que décadas antes lo fue el rock and roll o ahora el reggaeton y Amaral. A finales de los 80 muchos avispados productores idearon un concepto musical predestinado al éxito absoluto: Los recopilatorios de música Dance, en los que el denominador común era una selección de temas “rompepistas” aderezados con megamixes que mezclaban dichas canciones acompañándolas de un buen número de samples graciosetes acordes  a la ambientación que presentaba cada recopilatorio.

Los videojuegos, como no podía ser de otro modo, no se libraron de esta perturbadora tendencia, por lo que aparecieron un buen puñado de discos que se aprovechaban de los ídolos de moda y las aficiones de los chavales de la época para venderles un producto que la mayoría de las veces dejaba mucho que desear, pero que por su valor casposete y sentimental, dejó para siempre enamorado al que suscribe.

En el 95 los recopilatorios habían alcanzado su madurez y etapa de mayor éxito. Los bazares y rastrillos de los domingos estaban plagados de decenas de discos cuyos reclamos eran de lo más variopintos, llegando a cotas demenciales en algunos casos. Años atrás ya había llegado la consagración de recopilatorios de la talla de Maquina Total o Lo + duro, pero las ideas comenzaban a escasear y la música Dance debía encontrar nuevas fórmulas creativas para poder venderse como hasta entonces. Por eso, gracias una hábil maniobra comercial, se intentó aumentar el target al que iban dirigidos estos productos añadiendo una pizca de humor al título y la presentación de cada disco. Fueron los tiempos del Currupipi Mix, el Rambo total y cualquier otro “nosequé” Mix de temática sobre algo que estuviera de moda, amén de producirse una degradación en los clásicos del mundillo, como ese Chiquito de la Calzada hipermusculado en la portada del Bolero Mix 11. He aquí algunas de las perlas que hacían alusión a Internet, la informática y los videojuegos en general.

Los Sonic Mix

Paradójicamente editado por Arcade y más paradójica su distribución por parte de Sony, estos discos se aprovecharon de la fama de la mascotilla de SEGA, que seguía inmersa en sus años dorados con los títulos de Megadrive y una presencia mediática de cagarse. El primero de ellos prácticamente tiene de consolero el título y la portada, porque el contenido son 16 temas de época cuyo mayor reclamo era la versión patatera del American Pie del flipado de Just Luis cuyo vídeo no tiene desperdicio, que ya había aparecido mil veces en recopilatorios. Como única nota distintiva, mencionar que en el obligado megamix de canciones del disco de vez en cuando suena el sonidillo de cuando coges un anillo y un señor diciendo con desgana “¡Sonic Mix!”. También curiosa resulta la elección de la imagen de portada, con Sonic acompañado de un ultra secundario de la franquicia, Fang The Sniper. Este lobo morado tan solo apareció en los juegos de la saga exclusivos de Game Gear como Sonic Drift o Sonic Triple Trouble además de ese adefesio que supuso Sonic Fighters. Es como si al promocionar El Resplandor te ponen en la cuña de televisión a Verónica Forqué. Ah, bueno, y traía también el Llorando por ti de KU Minerva, algo que te llevas.

«Sonic antes de que le pusieran el balón gástrico»

Sonic Mix 2 siguió la misma suerte, con una recopilación algo más floja que la anterior y un remix que al menos metió unos cuantos samples más para que no quedara tan tristón, pero vaya, que no lo salva nadie, ni siquiera la versión del Stayin’ Alive de N-Trance o el Play this Song de 2 Fabiola. Lo que no acabo de ubicar yo es la portada, que no sé de donde está sacada, pues se ve a Sonic y a Knuckles unidos por una cuerdecilla, en una escena similar a la que repetiría este último a lo largo del Knuckles Chaotix del 32X, lanzado posteriormente.

El Sonic Mix 3 mejoró en presentación y acabado pero empeoró en la selección musical. Incluía dos CDs con 22 pistas, además del consabido megamix y un extra para poder ver un vídeo con imágenes del infumable Sonic 3D que estaba a punto de salir por aquel entonces.

Como curiosidad, resulta que antes de que apareciera el Sonic Mix 3 lo hizo un tal “Sonic Dance Power 4”, que no tenía nada que ver con los anteriores y estaba editado por BGM, siendo su portada la misma que la del segundo recopilatorio. Si es que ya lo he dicho, las ideas escaseaban en el sector y unos se copiaban a otros vilmente.

Playstation: El album

Lógicamente distribuido por Sony Music Entertaiment, se aprovechó el bombazo que supuso su primera consola para lanzar entre 1998 y el año siguiente un par de recopilatorios que aprovecharan el filón, aunque en este caso la selección musical para dichos discos es realmente buena, con hits de  Alexia, Gala o Byron Stingily (Youuu Make me feel!). Además, de los dos CDs que traía cada recopilación, el primero estaba orientado hacia el dance más comercial, mientras que el segundo tocaba temas más “duros” de gente como The Prodigy, Apollo 440 o Sash.

«100% Testeado con Swap Magic 3.6»

Curiosamente, en el segundo CD del primer album colaron un tema de videojuego, concretamente uno creado para el videojuego de PSX del anime Ghost in the Shell. También aprovecharon el nombre del disco y la publicidad que suponía para incluir un tercer CD en el segundo recopilatorio con ocho demos para la consola, entre los que se encontraban Tomb Raider 3, Ridge Racer 4 o Wipeout 3.

Game Mix

Aquí un caso excepcional que se aleja de los anteriores al recopilar versiones remezcladas de verdaderos temas de videojuegos en vez de música de baile comercial. La razón de ello es que el disco fue una iniciativa del programa de radio Game 40 durante la época en la que lo presentaba Juan Luis Ferrer en lugar de Guillen Caballé, que se incorporaría en 1994 y cambiaría el estilo musical del programa (basado en melodías de juegos de la NES y canciones del top de los 40) por uno mucho más rico aprovechando las posibilidades multimedia de las consolas de 32 bits (como ya comentamos en otro artículo).

La mezcla incluía versiones moviditas de juegos de 8 y 16 bits, con mención especial a la pista del Super Mario Land y la del Lotus III, pues resto tenían tan poca calidad que serían la vergüenza en Overclocked Remix. El disco fue editado a mediados del 93 por “Dani Records”, así que ya tiene todo explicación al haber un puto Dani de por medio.

Cabezón Mix

Otra curiosa y «honrosa» excepción. En el número 33 de la primera época de la revista Superjuegos se incluyó este cassette de cortísima duración, donde venían versionados temas del Sonic & Knuckles, adaptaciones del arranged theme y la música del stage de Ken de Street Fighter, así como del  Dynamite Headdy, que daba nombre y portada al disco. Si la memoria no me falla también se incluyó como regalo en una MegaSega, pero tampoco me hagáis mucho caso.

Otros discos

Se podrían enumerar cientos de referencias en los recopilatorios. A finales de los 90 el boom tecnológico hizo que se promocionara todo lo relacionado con el fenómeno Internet o los ordenadores en general. Años antes el que tenía un PC era un marginado por la sociedad hasta que todo cristo se puso a ligar por el IRC y bajar música con el Napster y hubo que adaptar el mercado a los nuevos hobbies del pueblo. Estas nuevas tendencias trajeron discos como Internet Mix, Disco Duro Mix, o Portalmix (que ya puestos, podrían haber llamado “Portalmix mix”).

«Para esto quedó Netscape»

Otros videojuegos también sirvieron para los propósitos de la industria, aunque sin hacer uso de una licencia oficial ni mucho menos, por lo que estamos hablando de disquillos de serie Z que solo podían verse en los mercadillos junto al recopilatorio de grandes éxitos de Junco. Combate Mortal Mix es un buen ejemplo de ello, así como un Super Mario Mix del que no he encontrado material alguno en la red pero tengo constancia de que existió.

«El dragón de MK después del balón gástrico»

Este particular universo daría para muchísimos artículos y reseñas, pero dada la naturaleza de esteblog no tendría ese material cabida por aquí, aunque no sé si podré resistirme, pues por mucho que ahora pueda resultar criticable, el microverso de los recopilatorios dance forma parte de nuestra vida y tuvo un gran papel en la maduración de nuestros refinados gustos musicales en la actualidad.

«Blizzard llevaba años maquinando»